27 Jun Mitos románticos: ¿Por qué mi relación de pareja no es como la de las películas?
El amor constituye una emoción compleja que nos ayuda a establecer vínculos significativos con las personas y que suele operar como una fuente incesante de vivencias agradables y placenteras. Aunque parte de la emoción surja de manera innata, lo que identificamos como amor se conforma y moldea en gran parte a través de nuestra socialización y cultura. Así, mediante la exposición a películas, libros, canciones y anuncios vamos interiorizando un ideal romántico conformado por mitos que dictaminan lo que es y no es el amor. Los mitos románticos hacen referencia a un conjunto de creencias compartidas y socialmente aceptadas sobre cómo deberían ser las relaciones de pareja. Vamos a ver algunos de los más habituales:
El amor todo lo puede. Si se adopta este mito, es habitual encontrar que los comportamientos problemáticos se justifican, se generan dificultades de afrontamiento e incluso puede darse una negación total de la existencia de los problemas de pareja. Por otro lado, este mito puede también interpretarse en el sentido contrario, de modo que si se dan problemas que no se consiguen resolver fácilmente es porque no hay amor suficiente.
En las relaciones de pareja, como en cualquier tipo de relación afectiva, pueden surgir problemas y su gestión y afrontamiento son necesarios para reestablecer el bienestar previo. Hay límites con los que “el amor” no puede. Esos límites los tienes que marcar tú.
La media naranja. No hay media naranja que valga, porque todos los seres humanos somos una naranja entera y no nos falta ninguna parte que tenga que llenar otra persona. Nadie tiene porqué encajar en un conjunto de expectativas que establecemos a priori, su búsqueda puede desencadenar múltiples decepciones y resultar interminable.
El amor duele y todo lo perdona. Aunque en las relaciones se den ciertos conflictos y se padezca malestar asociado, la vivencia de sufrimiento recurrente y la falta de establecimiento de límites no son características de una relación adecuada y no deben identificarse como tal ni permitirse. Bajo estas creencias pueden desarrollarse dinámicas posesivas y violentas que sustentan la violencia de género, con lo que bajo ninguna instancia deben ser normalizadas.
Si no te sientes efusivamente enamorado es que no lo estas. El curso natural de las relaciones suele partir de un estado inicial de enamoramiento intenso en el que nos movemos por atracción, entusiasmo y novedad, mientras que las etapas más avanzadas estas sensaciones intensas se mitigan. No obstante, no solemos caer en la cuenta de que dichas sensaciones comienzan a disminuirse para dar paso a otras características, también muy positivas, por ejemplo, mayor confianza, comunicación y conocimiento del otro, que dan pie a que la relación se convierta en un espacio seguro e íntimo.
En definitiva, los mitos románticos han calado en nuestra forma de relacionarnos y en ocasiones los reproducimos sin consciencia. Por ello, es importante recordar que el romance que plasman en las películas no es, ni debería ser, nuestra realidad. Así, debemos poner a examen nuestras creencias y concepciones acerca del amor y redirigirlos si es necesario para alcanzar vínculos de pareja saludables y placenteros.
¿En qué creencias se basa tu relación de pareja?
Artículo elaborado por Meri en Hristic (Psicóloga Sanitaria en prácticas y colaboradora del centro).
Revisado por Ana Piñar (psicóloga sanitaria y directora del centro).