
10 Jun LA DEPRESIÓN FUNCIONAL: CUANDO LA SONRISA ESCONDE EL DOLOR
La depresión no siempre se manifiesta con llanto, tristeza visible o aislamiento. A veces, se oculta detrás de una sonrisa y una aparente normalidad. Esto es lo que se conoce como depresión funcional o depresión sonriente, un trastorno en el que la persona sigue cumpliendo con sus responsabilidades diarias, pero en su interior lucha contra una gran angustia emocional.
¿QUÉ ES LA DEPRESIÓN FUNCIONAL?
La depresión funcional es un tipo de depresión en el que la persona parece estar bien a los ojos de los demás, pero en realidad está sufriendo. A diferencia de otros tipos de depresión, en los que las dificultades para realizar actividades cotidianas son evidentes, quienes padecen depresión funcional suelen ocultar sus síntomas y continuar con su rutina.
SEÑALES DE LA DEPRESIÓN FUNCIONAL
- Sentimientos persistentes de tristeza, vacío o desesperanza.
- Sensación de agotamiento, a pesar de mantener la rutina diaria.
- Falta de motivación o placer en actividades que antes disfrutabas.
- Baja autoestima y pensamientos de autocrítica.
- Ansiedad constante y dificultad para relajarte.
- Trastornos del sueño, ya sea insomnio o dormir demasiado.
- Pensamientos negativos recurrentes o incluso ideas suicidas en casos más graves.
¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL DE DETECTAR?
Muchas personas con depresión funcional son percibidas como exitosas, responsables y sociables. Esto puede hacer que amigos, familiares e incluso ellas mismas no reconozcan lo que realmente está ocurriendo. Frases como “pero si te veo bien” o “pareces feliz” pueden reforzar la idea de que no necesitan ayuda, cuando en realidad la necesitan más que nunca.
LAS CONSECUENCIAS DE IGNORARLA
No tratar la depresión funcional puede acarrear consecuencias en la salud mental. Con el tiempo, el desgaste emocional puede intensificar la sensación de vacío, aumentar la ansiedad y generar episodios de crisis emocionales más severas. Esto puede afectar la autoestima, la capacidad de tomar decisiones y la manera en que la persona se relaciona con su entorno, debilitando sus vínculos afectivos y sociales. Además, la acumulación de estrés y tristeza reprimida puede derivar en problemas físicos como enfermedades cardiovasculares, trastornos digestivos y un debilitamiento del sistema inmunológico.
CÓMO AFRONTAR LA DEPRESIÓN FUNCIONAL
- Si te identificas con esta situación, recuerda que no estás solo y que hay formas de mejorar. Algunas estrategias útiles incluyen:
- Hablar con alguien de confianza: Compartir lo que sientes con un amigo, familiar o profesional puede ayudarte a aliviar la carga emocional.
- Buscar apoyo profesional: Un psicólogo o psiquiatra puede brindarte herramientas para gestionar la depresión.
- Cuidar tu cuerpo: Dormir bien, alimentarte de manera saludable y hacer ejercicio pueden mejorar tu bienestar emocional.
- Explorar técnicas de relajación: Actividades como la meditación, el mindfulness o el yoga pueden ayudarte a reducir el estrés.
- Aprender a poner límites: No tienes que cargar con todo. Aceptar que necesitas descanso y apoyo es parte del autocuidado.
NO TIENES QUE LUCHAR SOLO
La depresión funcional es real y no debe ser ignorada. Si sientes que esto te está afectando, buscar ayuda es un acto de valentía, no de debilidad. La salud mental es tan importante como la salud física, y hay profesionales dispuestos a acompañarte en este proceso. No estás solo: el primer paso para sentirte mejor es reconocer que mereces ayuda y bienestar.
Artículo elaborado por Javier Villarte Betancor (Psicólogo y colaborador en prácticas del máster de Psicología Sanitaria en nuestro centro).
Revisado por Ana Piñar (psicóloga sanitaria y directora del centro).