29 Dic ¿Feliz Navidad?
Para algunas personas, la Navidad supone pasar tiempo en celebraciones, estar con la familia y los seres queridos, tiempo de felicidad, de armonía y paz… Es fácil encontrarse con anuncios con la imagen de una familia al completo sentada en la mesa, compartiendo risas, regalos, etc.
Esta imagen sobre la Navidad y lo que se supone que debe ser, está muy reforzada por tradiciones familiares que, a veces, parecen de obligado cumplimiento; o por imágenes que nos llegan a través de la televisión, las campañas de publicidad, las redes sociales, etc.
¿Pero qué pasa si no te gusta? Para algunas personas esta época no resulta fácil o directamente, ese estereotipo navideño no va mucho con ellas, por las razones que sean.
A veces, podemos llegar a sentirnos incómodos, nos pueden mirar un poco raros si decimos que no las disfrutamos, como si fuésemos el Grinch. Incluso podemos llegar a sentirnos mal, porque se da por hecho algunas veces que “hay que ser felices”.
Lo cierto es que Navidades hay muchas y cada persona, cada familia, tiene su realidad y su contexto, donde también es válido que no te gusten las navidades. NO TODOS SOMOS IGUALES y por eso no a todos nos tienen que gustar estas fechas.
Para algunas personas supone estrés laboral y trabajar horas extra, por ejemplo en sectores como el comercio, la hostelería y cualquier otro trabajo donde se vea incrementada la carga laboral en estas fechas. Para ti, las Navidades puede que no sean tan agradables como para otras personas porque tienes que lidiar con mayor carga laboral.
En otros casos, durante estas fechas, echamos de menos a personas que ya no están o que no pueden estar con nosotros por los motivos que sean y nos sentimos más solos que en otras épocas del año, sobre todo porque nuestra realidad contrasta con la imagen de Navidad que vemos en otros o que se proyecta.
Las Navidades también suelen suponer mayor gasto económico. Hacer regalos, la subida del precio de algunos productos en estas fechas, las salidas asociadas a esta época… Puede resultar estresante lidiar con estos gastos, además de que no todo el mundo puede permitirse determinadas cosas o actividades y verlo en otros puede resultar duro.
A veces, las reuniones familiares son más una obligación que algo que hagamos por gusto. En muchas familias hay conflictos entre sus miembros y estas comidas pueden ser una fuente de estrés y tensión. Además, a veces tenemos que reencontrarnos con personas a las que solamente vemos una vez al año y a las que no nos sentimos muy apegados. Otras veces se debe a que no tenemos buenos recuerdos de ellas en años anteriores o de las de nuestra propia infancia.
Por otro lado, las comidas, las cenas con la gente de la empresa, las aglomeraciones en la calle, en fin, todo el cambio que suponen de pronto, pueden ser una fuente de estrés para algunas personas. Recuerda que los cambios drásticos también nos afectan. El cambio de horarios, de rutinas, … todo ello son estresores habituales en muchas personas y estas fechas están cargadas, de forma natural, de todos ellos.
Ahora bien, ¿si no me gustan las navidades tengo celebrarlas porque es lo que se supone que hay que hacer? No necesariamente. Cada uno puede escoger qué hacer en Navidades, si para ti va a ser como una fecha cualquiera más, está bien; y si al final decides celebrarlas, también está bien. Es válido no querer celebrarlas o hacerlo de forma diferente.
Recuerda que puedes crear tu propio concepto de Navidad, con nuevas tradiciones. Por ejemplo, puedes escoger pasarlas con las personas más significativas para ti, por ejemplo los amigos o gente de tu familia con la que te lleves bien. Tus seres queridos no solo tienen que ser “de sangre”. También puedes aprovechar estos días de vacaciones para hacer algún viaje y desconectar de todo.
Por otro lado, puede que para tu pareja o las personas con la que convivas sea muy importante la Navidad y cedamos a determinadas tradiciones por ellos. Si lo hacemos por esta razón, podemos intentar negociar con ellos, por ejemplo, “este día lo pasamos con tu familia, porque se que es importante para ti, pero otro día hacemos… porque es importante para mí”. Podemos intentar hacer que estas fechas sean lo más llevaderas posibles.
Si en tu caso, no te gusta demasiado celebrar y además, organizar todo (comidas, compras, regalos, salidas…) te genera mucho estrés, busca ayuda para organizarlo o delega en otros que sí estén dispuestos a hacerlo.
En el caso de las cenas con la familia, cuando tenemos que hacer frente a situaciones o preguntas incómodas como “¿Cuándo vas a tener pareja/niños/trabajo/etc.?”, puedes tratar de ser lo más asertivo/a posible intentando hacer saber que te incomodan esas preguntas y, si con ser asertivo no es suficiente, y las situaciones incómodas se repiten, no estás en la obligación de asistir a esas comidas/cenas.
Recuerda también, que lo que veas en redes sociales no tiene por qué ser verdad, ni tampoco tiene que ser ese el modelo a seguir. Si surgen emociones desagradables, está bien sentirlas, busca apoyo en las personas en las que confíes, sin tener que obligarte a estar bien “porque hay que estarlo en Navidad”. Recuerda que también es válido sentirte así.
En definitiva, las Navidades no son siempre felices para todo el mundo y debemos respetar que así sea, intentando acompañar a aquellos que lo pasan mal o lo viven diferente. Desde aquí, os mandamos a todas las personas que nos leéis un fuerte abrazo.
Artículo elaborado por Ana Belén Soria Collantes (Psicóloga Sanitaria en prácticas, Universidad de Granada).
Revisado por Ana Piñar (psicóloga sanitaria y directora del centro).