12 Feb Estrategias prácticas para reducir las compras “compulsivas”
En la era moderna, estamos inmersos en una cultura que valora y fomenta la acumulación de posesiones materiales como medida de éxito y bienestar. Esto se acentúa en meses como los actuales, donde se introducen rebajas agresivas que anulan nuestra capacidad para meditar sobre los productos que adquirimos. Sin embargo, en ocasiones, este afán por acumular bienes puede convertirse en un vínculo emocional perjudicial: el apego material excesivo.
Si nos detenemos a analizar ese apego excesivo por lo material desde una perspectiva psicológica, esta puede ser un eslabón dentro de problemas clínicos más complejos como la Oniomanía (adicción a las compras) o el Trastorno de Acumulación, donde la adquisición o el mantenimiento de objetos puede ser empleado como mecanismo para paliar una insatisfacción interna o como estrategia para experimentar control o bienestar a través de ella. No obstante, sentir dificultad o pena al desprenderse de objetos materiales no es algo patológico per se. Esta situación se convierte en problemática en la medida que percibes que esa necesidad de poseer te supera generándote problemas económicos o dificulta tu funcionamiento cotidiano al encontrarte sin espacio para lo que realmente necesitas. Ante esta tesitura, puede ser interesante adherirte a unas PAUTAS DE CONSUMO CONSCIENTE cada vez que sientas tentación por adquirir algo nuevo.
Te mostramos por donde puedes empezar:
1) Pospón la compra diez minutos y plantéate las siguientes preguntas:
¿Para qué necesito este producto?
¿Tengo ya algún objeto que cumpla una función similar (aunque tenga características físicas distintas)?
¿Qué voy a pensar y como me sentiré dentro de unos días después de comprarlo?
¿Puedo permitírmelo o podría gastar ese dinero en algo que me hiciera más falta ahora mismo?
¿Dónde podré almacenar este artículo?
2) Establece un diario de compras o un presupuesto para determinadas situaciones. Algunas pautas para iniciarte en este diario sería dedicar las primeras páginas a tus metas de consumo consciente. ¿Lo haces porque quieres ayudar al planeta o para ahorrar dinero? ¿Buscas beneficiar al comercio local o tu preferencia es la practicidad/inmediatez de las grandes marcas? A continuación, puedes establecer un registro de compras según diversas secciones (moda, hogar, ocio, deporte, electrónica, entre otros), donde incluyas la necesidad que te justifica comprar, el producto adquirido, el lugar y el precio. Tras cada registro, anota tus impresiones al tiempo de haber adquirido y empleado el nuevo objeto (¿Estoy satisfecho con el producto?; ¿Podría haberlo encontrado en otro lugar a mejor precio?; ¿Está satisfaciendo la necesidad inicial?) Asimismo, puedes tener una lista de deseos reflexiva, donde incluyas aquellos objetos que aún no tienes, pero te gustaría adquirir (así como la necesidad que inherentemente satisfacen). Antes de adquirirlo finalmente, plantéate las preguntas disponibles en el apartado anterior.
3) Considera la posibilidad de una desconexión digital de las aplicaciones de compra, de manera que no te veas diariamente tentado/a ante las nuevas tendencias. Hay que considerar que seguir una reflexión de estas características puede facilitar que te sientas más satisfecho/a con el producto que has adquirido, así como que puedas evitar experimentar culpabilidad por el gasto innecesario de dinero o por sucumbir a las ofertas de la industria.
4) Puedes recurrir también a invertir en mayor medida en experiencias más que en artículos materiales si tienes dificultades para soltar, sobre todo si de estos últimos no necesitas nada actualmente y la gente insiste en querer tener un detalle contigo en fechas marcadas. Realizar una escapada, recibir un masaje o ir al spa, visitar un museo, acudir al espectáculo de un cómico o grupo musical que te interese o practicar actividades físicas monitorizadas. Existen innumerables opciones para obtener experiencias que se queden guardadas en tu corazón, en vez de cogiendo polvo en la estantería del sótano.
¡Te animamos a probar!
Artículo elaborado por Jaime Anias Ruiz (Psicólogo General Sanitario y estudiante de practicas de master en nuestro centro).
Revisado por Ana Piñar (psicóloga sanitaria y directora del centro).