TDAH en Adultos: Una Realidad Oculta

TDAH en Adultos: Una Realidad Oculta

Cuando escuchamos hablar del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), lo más habitual es pensar en niños que no pueden estarse quietos, que interrumpen en clase o que tienen dificultades para concentrarse en sus tareas escolares. Sin embargo, lo que muchas personas no saben es que el TDAH no desaparece con la llegada de la adultez. De hecho, se estima que entre el 50% y el 70% de los niños con TDAH continúan teniendo/mostrando signos en la edad adulta. Pero entonces, ¿por qué pasa tan desapercibido?

¿QUÉ ES EL TDAH Y CÓMO SE PRESENTA EN ADULTOS?

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por un patrón persistente de inatención, hiperactividad y/o impulsividad. En adultos, los síntomas suelen manifestarse de manera distinta a como lo hacen en la infancia. La hiperactividad, por ejemplo, puede transformarse en una sensación interna de inquietud, más que en un comportamiento visible.
Entre los síntomas más comunes en adultos con TDAH se encuentran:

  • Dificultad para mantener la atención en tareas largas o rutinarias.
  • Problemas para organizar el tiempo y priorizar actividades.
  • Tendencia al olvido frecuente (como citas, llaves, fechas importantes).
  • Impulsividad en las decisiones (gastos económicos, interrupciones al hablar).
  • Cambios constantes de empleo o dificultad para mantener rutinas.
  • Sensación constante de estar “sobrecargado” o “fuera de control”.
  • Baja tolerancia a la frustración y tendencia a procrastinar.

 

Estos síntomas pueden afectar profundamente a distintas áreas de la vida adulta: el rendimiento laboral, las relaciones de pareja, las finanzas personales e incluso la autoestima.
El infradiagnóstico del TDAH en adultos: una deuda pendiente
Durante décadas, el TDAH fue considerado exclusivamente un trastorno infantil. Esta visión limitada ha provocado que muchas personas lleguen a la edad adulta sin detección ni tratamiento, arrastrando durante años sentimientos de frustración, fracaso o incomprensión.
Por otro lado, muchos adultos que acuden a consulta lo hacen buscando ayuda por ansiedad, depresión, trastornos del sueño o dificultades laborales, sin saber que la no atención de su TDAH puede ser el origen de todos estos problemas.

EL IMPACTO SILENCIOSO DEL TDAH NO TRATADO

Vivir con TDAH sin saberlo puede tener un alto costo emocional y funcional. Algunos estudios muestran que los adultos con TDAH no tratado tienen mayor probabilidad de:

  • Abandonar estudios universitarios.• Cambiar de trabajo con frecuencia o tener bajo rendimiento laboral.
  •  Experimentar rupturas de pareja o conflictos familiares constantes.
  • Tener dificultades para mantener rutinas saludables (alimentación, sueño, ejercicio).
  • Desarrollar trastornos comórbidos como ansiedad, depresión, trastorno bipolar o adicciones.

Además, muchas personas con TDAH presentan una baja autoestima crónica, marcada por años de lucha con sus síntomas sin tener una explicación clara para sus dificultades.

DIAGNÓSTICO: EL PRIMER PASO HACIA EL BIENESTAR

El diagnóstico del TDAH en adultos no se basa en una prueba única, sino en una evaluación clínica completa que incluye entrevistas, cuestionarios, revisión de antecedentes personales y familiares, e identificación de síntomas presentes desde la infancia.
Es importante acudir a un profesional especializado en salud mental (psicólogo o psiquiatra) que esté familiarizado con el TDAH en adultos, ya que es un cuadro que puede confundirse con otros trastornos, especialmente con el trastorno de ansiedad generalizada o el trastorno límite de la personalidad.

TRATAMIENTO: VIVIR MEJOR ES POSIBLE

El TDAH es un trastorno crónico, pero tratable. La combinación de enfoques suele ofrecer los mejores resultados:

  • Psicoeducación: entender el trastorno es fundamental. Saber qué es el TDAH y cómo se manifiesta permite a la persona dejar de culparse y comenzar a adoptar herramientas útiles.
  • Psicoterapia: la terapia cognitivo-conductual adaptada al TDAH ayuda a desarrollar estrategias prácticas para la organización, el manejo del tiempo, la regulación emocional y la toma de decisiones.
  • Medicación: los fármacos estimulantes como el metilfenidato y las anfetaminas, o los no estimulantes como la atomoxetina, pueden ser muy eficaces para reducir síntomas clave. Siempre deben ser recetados y supervisados por un psiquiatra.
  • Apoyo estructural y hábitos saludables: rutinas claras, sistemas de recordatorio, espacios organizados y la práctica de ejercicio físico regular pueden ser grandes aliados en la gestión del TDAH.

UNA NUEVA MIRADA: DEL JUICIO A LA COMPRENSIÓN

El TDAH no es una falta de voluntad, pereza o inmadurez. Es una condición neurobiológica con una base genética importante y una influencia directa en cómo una persona procesa la información, regula sus emociones y organiza su entorno.
Hablar abiertamente sobre el TDAH en adultos es un paso esencial para derribar prejuicios, facilitar el acceso al diagnóstico y normalizar la búsqueda de ayuda. Cada vez más personas están siendo diagnosticadas correctamente en la adultez, lo cual representa una segunda oportunidad para entenderse y reorganizar su vida con mayor compasión y conciencia.

Artículo elaborado por Javier Villarte Betancor (Psicólogo y colaborador en prácticas del máster de Psicología Sanitaria en nuestro centro).

Revisado por Ana Piñar (psicóloga sanitaria y directora del centro).