23 May En qué consiste la ansiedad social
La ansiedad social se caracteriza por sentir un intenso malestar ante las situaciones sociales en las que se puede ser analizado y evaluado negativamente por los demás.
Estoy haciendo el ridículo, estoy resultando aburrido, se van a dar cuenta de lo nervioso que estoy, mi conversación no es interesante…
¿Te suenan estos pensamientos? Ahí nos está hablando ese miedo a la crítica o el rechazo de los demás.
¿Por qué me pasa esto?
En la aparición de este tipo de fobia, entran en juego factores biológicos y psicosociales.
Respecto al factor biológico, se ha observado que en ciertas personas existe una cierta predisposición al reconocimiento de expresiones faciales de ira, rechazo y crítica por lo que, si tienes ansiedad social, seguramente tengas “el radar activado” para detectar estas expresiones con gran facilidad.
Por otro lado, el factor psicosocial puede incluir varios puntos:
Falta de situaciones sociales: de pequeño no ibas mucho al parque, a cumpleaños o a lugares donde conocer a otros iguales.
➢ Crianza de sobreprotección, sensación de no poder explorar, de miedo ante cualquier reto o situación desconocida que no dominaras.
➢ Si no estás seguro no lo digas, no vayas a hacer el ridículo.
➢ Qué pensarán de ti si dices/haces eso…
➢ ¡Cuidado! no te vayas a equivocar.
➢ En el colegio o instituto, puede ser que hayas sido el centro de burla en alguna ocasión.
➢ Haberse sentido marginado o aislado en algún momento.
Estas experiencias pasadas han ido forjando en tu cerebro una serie de creencias negativas o desadaptativas que llevan a autoimponerte normas rígidas de cómo debes actuar ante los demás. Cuando te rondan por la cabeza pensamientos del estilo, “nunca debo mostrarme ansioso”, “siempre tengo que ser ocurrente” o “no puedo quedarme sin saber qué decir porque sería horrible” se están activando esas creencias.
¿Qué hace que se mantenga esta ansiedad?
Cuando tengo una duda en clase y me planteo levantar la mano para preguntar al profesor delante de la clase (situación social), pienso que no voy a saber preguntarlo y que voy a hacer el ridículo (anticipación de la amenaza). Comienzo a sentirme nervioso, se me acelera el corazón, me tiemblan las piernas… (ansiedad). Estoy tan nervioso que, seguro que me sale mal, así que finalmente no voy a preguntar (evitación). En el momento que tomo esa decisión, siento un gran alivio y comienzo a sentirme mejor (alivio a corto plazo). Lo he pasado tan mal, que seguramente la próxima vez que tenga alguna duda, ya ni se me plantaré preguntarlo en voz alta (confirmo que era una amenaza y se extiende hacia situaciones similares del futuro).
La forma de afrontar la ansiedad social es rompiendo el círculo de la ansiedad-evitación.
Podemos enseñarte cómo hacerlo.
Artículo elaborado por Jéssica Santamaría Gómez-Lobo (Psicóloga Sanitaria y colaboradora del centro)
Revisado por Ana Piñar (psicóloga sanitaria y directora del centro)