09 May Qué tenemos que saber para decir NO a una petición
La clave para rechazar peticiones de forma adecuada radica en la forma en la que manifestamos el “no”. Es esencial mostrar empatía con la situación de la otra persona, es decir, mostrarnos comprensivos ante el hecho de que haya recurrido a nosotros para solicitarnos el favor. Además, debemos agradecer que nos haya tenido en cuenta para ello, ya que esto es señal de que somos una persona valiosa para la otra persona. Ante todo, hemos de evitar ponernos a la defensiva o utilizar excusas y justificaciones ya que la otra persona podría presionarnos proponiéndonos alternativas. El “no” debe ser transmitido de forma clara y sólo si lo deseamos o lo consideramos oportuno, podemos ofrecer a la otra persona alternativas y otras ideas para que pueda lograr su propósito.
En definitiva, debemos tener en cuenta lo siguiente:
- Los demás no son adivinos, no nos leen el pensamiento: debemos ser claros y expresar nuestras ideas y nuestros deseos, sólo así los demás podrán entendernos.
- Debemos ser conscientes de las consecuencias de no decir “no”: no tenemos por qué rechazar todas las peticiones que nos hagan los demás, pero siempre debemos ser conscientes de lo que implica aceptarlas para poder tomar una decisión razonada.
- Decir “no” es un derecho: tus motivos, aunque no sean entendidos por la otra persona, son suficientes para rechazar cualquier petición ya que estás en tu derecho de hacerlo. Si lo deseas y la otra persona es importante para ti, puedes proponerle alternativas.
- Las consecuencias de decir “no” no serán catastróficas: si lo expresamos bien, rechazar una petición no supondrá graves consecuencias para la relación. Además, por lo general, para la otra persona tampoco será tan grave que rechaces lo que te pide, pues hay alternativas.
- Gestionar el “no”: nuestra función es expresar el “no” con claridad y empatía. Tolerar y gestionar la frustración producida por nuestro rechazo es tarea de la otra persona por lo que, si no sabe hacerlo, no debemos sentirnos culpables siempre que hayamos hecho bien nuestra parte.
- Sé consciente de tus limitaciones: A veces decir “no” no tiene que ver con nuestros deseos, sino con nuestras limitaciones. Debemos conocer nuestras obligaciones y ser conscientes de lo que podemos alcanzar y lo que no. Por muy motivados que estemos para ayudar a la otra persona, si nuestras obligaciones nos lo impiden, debemos ser conscientes de nuestros límites y establecer prioridades.
Artículo elaborado por Nerea Benítez Mulero (Psicóloga Sanitaria y colaboradora del centro).
Revisado por Ana Piñar (psicóloga sanitaria y directora del centro).